lunes, 15 de febrero de 2010

Un mes mas tarde

Un mes mas tarde, tu ausencia se hace mas dolorosa. Aunque poco a poco tu casa que siempre estuvo llena de wolf se va quedando vacía. Ya hemos recogido tus juguetes, tus cuencos para beber y comer que repartía tu mamá por toda la casa y le hemos dado a tus amigos tus chuches y la comida que acumulamos porque no la pudiste comer.
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En todo este tiempo nos ha dado tiempo a pensar y arrepentirnos por no haberte dedicado mas tiempo. Esa ha sido tu última lección, nos han quedado las cosas materiales, esas que siempre quedan, pero las importantes se nos han ido, y la moraleja es: no prestéis tanta atención a las cosas materiales, y dedicad un poco mas de tiempo a los seres que os rodean y que seguramente os necesitan, ellos os devolverán vuesra dedicación con creces.
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En el caso de Wolf esto era absolutamente cierto, cada momento que pasamos con el nos lo devolvía con creces con su cariño y compañía, ya lo temíamos pero nos damos especialmente cuenta ahora que nos falta.
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Hoy he tenido que hablar muchas veces de ti, tenía que haber estudiado inglés antes, cuando me preguntan porqué no lo he hecho, a todos les cuento que he tenido que cuidar de mi Wolf, algunos lo comprenden, pero otros me miran con incredulidad y sorpresa. No hubiera cambiado un minuto de tu compañía por todos los buenos resultados que pueda obtener.
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Pero la vida sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, y yo ni un día dejo de pensar en ti, aunque hoy mi tristeza es doble porque también pienso en tu mamá que hoy está lejos, y seguro que estará triste como yo, y no puedo ofrecerle mi consuelo y compañía. Si tu estuvieras, yo estaría tranquilo y seguro que le ofrecerías tu cariño y compañía. Desde donde estés, te pido que le des fuerzas y ánimos como solo tu sabías hacerlo.
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Pasa el tiempo, y tu ausencia se hace mas grande.

domingo, 31 de enero de 2010

Lo que daríamos por tener tu compañía



Este pretende ser un homenaje a un pequeñin que llegó a nuestras vidas un frío día de noviembre, hace nueve años. La llenó tanto que llegó a hacerse el rey de la casa, y ahora que se ha ido nos deja un vacío que no sabemos como lo vamos a llenar.

El, creedme, nos lo enseñó todo sobre cariño, comprensión, paciencia, lealtad, y una larga lista de virtudes que lo hicieron irrepetible e insustituible en nuestras vidas.

También nos hizo ver lo injusta que puede ser la vida de un perro en España, en el mundo de los hombres. Cuantas veces nos miró a través del escaparate de una tienda, o la ventana de un restaurante, pegando su nariz al cristal, esperando pacientemente en la puerta, o miró desde lejos la playa donde tanto le gustaba jugar, porque allí no admitían perros, allí nuestros amigos los perros no eran bien recibidos, porque tristemente, aquí amigos, en casi ningún lugar admiten nuestros compañeros los perros.

Pero no pretendemos hacer un mensaje reivindicativo, queremos hacerle un pequeño homenaje a quien fue tan importante en nuestras vidas: Wolf.

Nació como el patito feo, aunque coincidiréis conmigo que nunca fue feo, nada mas lejos de la realidad, y ese fue su primer regalo. Aunque su verdadera belleza no se puede apreciar en las fotos.
Como he dicho, apareció en nuestras vidas un lluvioso día de noviembre cuando le encontramos abandonado al margen de una carretera con apenas un mes de vida.
Su vida, creo y espero que fue feliz, tuvo una familia que le quería, y todo lo que un perrito pueda necesitar; su comida, su cama (polaca), largos paseos, juegos y carreras por la playa, y lo que el mas apreciaba, nuestra compañía. Pero nada de lo que nosotros le pudimos dar supera lo que el nos dio; cariño, compañía, calor y una profunda mirada con sus ojos color miel que desarmaba a quien la recibía.

No se lo que daríamos por poder recibir de nuevo esa mirada.

Os continuaré contando.

jueves, 21 de enero de 2010

Por que no me quieren aqui, si soy un buen perro.

.... Eso hubiese preguntado cuando no pudo hacernos compañía en algún lugar, o tuvo que contemplar la playa desde lejos porque allí con nuestros amigos los animales no somos bienvenidos.

El siempre se comportó correctamente cuando le permitieron la entrada a algún lugar. Jamás molestó a nadie intencionadamente, aunque me consta que hubo personas que se incomodaron con su presencia, o sintieron un miedo irracional al verlo "caballero, sujete a su perro que me da miedo". Claro, que todos tenían una explicación para sus miedos; "conozco yo a uno que le mordió un perro....", "los perros tienen enfermedades que se contagian...".

Decir, sopena que alguien se enfade, que donde estuvo siempre se comportó mejor que los niños que correteaban molestando a todo el mundo ante la despreocupación de sus padres, a veces pisándole e rabo o cosas peores.

Cuando he tenido la ocasión de viajar por Europa, he comprobado que gracias a dios esto no es la tónica general, en otros países son tratados con consideración y no tienen vedado el acceso a casi todos los lugares como ocurre aquí. En Alemania o Austria sin querer profundizar mucho, observé que dueños y mascotas viajaban en autobús, tranvía y metro con toda naturalidad, y en muchos lugares (gasolineras etc.) tienen un sitio para que nuestras mascotas puedan beber y comer.

Otro problema es cuando decidimos viajar en familia, apenas si encontramos hoteles donde admitan mascotas, y nos vemos abocados a no viajar o dejar a la mascota en casa de un familiar o una residencia.

En nuestro caso lo solucionamos no yendo a los sitios donde no admitiesen a nuestro compañero, pero hay casos que son excesivos e incomprensibles y es de esto de lo que quiero emitir una protesta por haberme privado de su compañía en muchas ocasiones.

Por ejemplo en el pueblo de Rota, Cádiz, está prohibido el acceso de perros no solo a la playa, sino por todo el paseo marítimo, y durante todo el año. Por supuesto a mi también me echaban.

La playa de Atlanterra, está lejos del casco urbano, tiene una anchura considerable, por lo que las personas y las mascotas siempre han estado allí compartiendo el baño. No obstante, procurábamos ir a primera hora de la mañana o muy tarde para no molestar a nadie.
Este último año, un miembro de la Benemérita se acercó a mi para sancionarme por pasear con mi perro por la playa a las 08:30 de la mañana, era por motivos de salud pública....., claro yo puedo recoger los excrementos, pero el perro podía orinar.... ¡coño y cualquiera!, es la primera vez que veo que sancionan algo que puede pasar, o por si pasa.

Si nos pusiéramos a hablar de restaurantes bares etc. donde el acceso con perro nos ha estado vedado por muy bien que el animal estuviese educado y aunque tuviesen una terraza al aire libre, no tendíamos sitio en este blog para la lista.

Quiero animar a todos a permitir el acceso de mascotas a sus locales, no molestan ,mas que los niños o el tabaco y ganarán un montón de fieles clientes.

También quiero animar a los dueños de animales a denunciar aquí los lugares públicos, donde incomprensiblemente se nos discrimina por ir con nuestros compañeros.

Un perro, no es una fiera salvaje hambrienta, muy raramente reaccionan de forma extraña sin motivo, igual que usted o yo.

Sus amigos, sus sitios preferidos

No creo equivocarme si digo que contó por amigos casi a todos los que conoció. Con un instinto que caracteriza a todos los de su raza, saludó amigablemente a todo el que le tendía la mano, ganándose su confianza, y no se acercó al que le mostró temor o repulsa.

Por supuesto, tuvo unos mas amigos que otros, llegando incluso algunas personas a regañarnos si no aparecíamos con el. Pero yo creo que el siempre los consideró a todos por igual.

Aunque suene a cosa extraña también se hizo amigo de sus veterinarios que siempre le demostraron cariño y aprecio, aunque no siempre le gustó lo que le hicieron. Pero el nunca les demostró rencor y lo solucionaba con unos ladridos al finalizar cada cita.

Siempre tuvo un sitio preferido; en casa, el hueco de la escalera muestra un vacío imposible de llenar, su bar preferido siempre fue "El Boquete" donde cuando pasaba por las proximidades pugnaba por entrar, allí siempre lo trataron con amabilidad e incluso alguna vez la cayó una "tapita", y eso que e no tomaba la cervecita, tampoco nos vamos a olvidar de "El Parque", o "El Atún" en Zahara de los Atunes, pero lo que mas le gustaba hacer en la vida era bañarse en la playa de Atlanterra y correr por su arena, cosa que pudo hacer casi toda su vida.

Gracias a todos los que hicieron su vida un poco mas agradable, y acojen a nuestras mascotas en sus locales sin mostrar un incomprensible rechazo.


Que era.


Alguien que te demuestra un cariño incondicional, que solo quiere tu compañía, que le brillan los ojos cuando te ve, que te necesita, que te defendería hasta el final, que te ofrece lealtad, calor y fidelidad a cambio de casi nada; ¿que diríais que es?

Se que hay muchas personas que se sienten profundamente molestos si se compara a un animal con una persona. En mi caso no hubiese cambiado la compañía de Wolf por la de la mayoría de las personas que conozco. también me consta que la mayoría de las personas que han compartido su vida con un animal de compañía si me entenderán.

El, como ya he dicho llegó a casa de puntillas, y se hizo tan grande su presencia, que llegó a ocuparlo todo. Era nuestra alegría, nuestro despertar, nuestra sobremesa, atardecer y sueño.

Las personas cuando somos niños somos como ellos, inocentes, juguetones, cariñosos, y dependientes. Pero crecemos, perdemos la inocencia y nos hacemos independientes, perdemos el placer de jugar y ponemos condiciones a nuestro cariño. Por eso si tuviese que comparar a mi compañero lo haría con un niño pequeño.

Y mi niño se fue, pero no quiero estar triste, porque el me dio motivos de sobra para estar contento. He tenido la suerte de compartir toda su vida, y por todo lo que el ofrecía, eso es mucho. También el tuvo una buena vida; unos papás que le querían, un hermano mayor que le hecha mucho de menos y con el que jugó mucho, dos coches hoy llenos de pelos donde se añora su presencia, un lugar con su cama que se llevó allí donde esté, y donde reunía todos sus tesoros ( unos juguetes mas o menos rotos, unos palitos que recogía por el campo, y una espada de madera medio comida), su playa.... y una aureola de cariño que le rodeó toda su vida.

Dicen que los perros acaban pareciéndose a sus dueños, en este caso, que no daría yo por tener las cualidades que adornaban a Wolf.

Por todo ello me considero afortunado de haberlo tenido como compañero todos estos años.

Que pasó, por que se fue.

No creo que nadie sepa por que se fue, tan temprano, apenas contaba nueve años y rebosaba de alegría y energías.

No tienen suerte los perritos y animalitos en general cuando enferman. Apenas hay hospitales para ellos y los que hay no están al alcance de todos los bolsillos Hay veterinarios especializados solo en poner vacunas y curar diarreas que cuando les llega "un marrón" acaban por recomendar la eutanasia para que el animal "no sufra", entonces algunos dueños a veces para no sufrir ellos. acceden, y el animalito muere. En mi opinión la etanasia debe ser la última opción.

Tampoco pretendo hacer una crítica gratuita a los vetes, que en algunas ocasiones son los únicos amigos que les quedan. Tienen que ser además médicos, radiólogos, trumatólogos, etc.... de un perro, un gato, un loro o un caballo, pacientes que además no les pueden contar lo que les pasa.

Además en mi caso considero haber tenido mucha suerte, pues a falta de soluciones para mi perrito, encontré en todo momento un trato humano y un apoyo para sobrellevar todo lo que hemos pasado. Me consta que otras personas además de la mala experiencia, han recibido un trato frío y han sufrido un quebranto económico importante.

Por eso les envío desde aqui mi mas sincero agradecimiento, ellos, si leen esto sabrán de quien hablo.

Entiendo que entre todos hicimos lo que podíamos y sabíamos, el que más pus0 fue Wolf, y me duele enormemente que todo el sufrimiento que pasó no le haya servido de nada.

Si me preguntáis que que pasó, os diré que lo que pasó y lo que importa, es que se fue. Y ya no está.

lunes, 18 de enero de 2010

Asi era, su pequeña historia.




No podríamos haber soñado que un animal podría ocupar nuestras vidas como lo hizo Wolf.

Como cachorro fue un trasto, un juguetón que
devoraba su comida y....... evidentemente la descargaba por doquier. Hasta que un día decidió
que le gustaba mas hacerlo en un lugar con tierra y hierba, y ya no lo hizo mas en una casa carretera o acera, y así fue hasta el final.

Sin duda el que más se alegraba cuando llegábamos a casa, desde pequeñín salía a recibirnos con una oreja caída para festejar nuestra llegada, y ya de mayor se sentaba educadamente a esperar que aparcásemos el coche antes de saludarnos.

No importaba si lo habías dejado en casa solo todo el día para ir a trabajar, si había pasado calor o frío; el siempre se alegraba cando llegábamos a casa, y jamás tuvo un reproche por el abandono.

Asi fue pasando su vida entre juegos, paseos, sus vacacones en casa de sus primos.. y de paso
alegrando la nuestra. Fué aprendiendo a sentarse, tumbarse, a dar la patita, la otra , pedir, buscar (a mamá), cuando se le pedía traía el hueso rojo, la pelota que pita, la hamburguesa de goma y venía alegremente siempre que se le llamaba, y eso fue así hasta tal punto que en la mañana del fatídico día 15 de enero le llamé y tambaleándose apoyándose en la pared vino, no fué capaz mas que de subir un escalón el resto se los subi yo en brazos. Quince minutos después ya no estaba. Se estaba muriendo y fielmente acudió a la llamada. Quien podía saberlo, pero no puedo evitar reprochármelo y se me forma un nudo en la garganta cuando lo recuerdo.

Nunca consintió que nadie estuviese triste a su alrededor; bien dándole con la patita, poniendo el hocico sobre la pierna, o trayendo un juguete, conseguía levantar el ánimo de todos.

Con el nunca estábamos solos, su presencia se hacía tan grande que llenaba todos los momentos. Siempre buscaba nuestra compañía y poco a poco nos hizo modificar nuestras costumbres hasta el punto que ya solo íbamos a sitios donde el pudiese acompañarnos. Esto lo hacía siempre con una felicidad sin ningún disimulo. Cuando nos sentábamos en la terraza de un bar desaparecía debajo entre nuestros pies y así permanecía durante el tiempo que fuese necesario. De este modo
hizo muchos amigos entre los humanos.

Habría mucho mas que contar, pero lo que mas nos llenaba de felicidad era verle corriendo y jugando en su playa. Su imagen era la de la plena felicidad, corriendo detrás de la pelota, nadando detrás de ella, ladrando a las olas..... De vez en cuando se volvía hacia nosotros con la boca chorreando y la nariz nevada de arena, su satisfacción era plena, y la nuestra.

Pero llegaron los momentos tristes, una gota de sangre en la orina delató un mal que pudo con su fortaleza y nuestros esfuerzos. Todo se precipitó; antibióticos, el pipi que no sale, castración, operación de próstata, mas antibióticos, mas pastillas, mañanas, tardes y noches de paseos buscando ese pipi que no salía y otras muchas cosas muy dolorosas de recordar. Las últimas vacaciones velando su sueño y su vida.
Pero dos días antes del final de estas vacaciones no quiso preocuparnos mas, y una fatídica mañana se echó a dormir. No tuvimos fuerzas para llevarlo a que lo durmiese el veterinario y culminando una vida llena de generosidad hacia nosotros nos quiso ahorrar esa dura decisión.

Lo pasamos tan mal, que cuando se quedó dormido pensé que todo había terminado, lo que no sabía es que no hacía mas que empezar, porque aún es mas dura su ausencia que todo lo pasado.

Como dijo el poeta: me duele mas tu muerte que mi vida.

sábado, 16 de enero de 2010

Lo que dariamos por tener tu compañía


Este pretende ser un homenaje a un pequeñin que llegó a nuestras vidas un frío día de noviembre, hace nueve años. La llenó tanto que llegó a hacerse el rey de la casa, y ahora que se ha ido nos deja un vacío que no sabemos como lo vamos a llenar.

El, creedme, nos lo enseñó todo sobre cariño, comprensión, paciencia, lealtad, y una larga lista de virtudes que lo hicieron irrepetible e insustituible en nuestras vidas.

También nos hizo ver lo injusta que puede ser la vida de un perro en España, en el mundo de los hombres. Cuantas veces nos miró a través del escaparate de una tienda, o la ventana de un restaurante, pegando su nariz al cristal, esperando pacientemente en la puerta, o miró desde lejos la playa donde tanto le gustaba jugar, porque allí no admitían perros, allí nuestros amigos los perros no eran bien recibidos, porque tristemente, aquí amigos, en casi ningún lugar admiten nuestros compañeros los perros.

Pero no pretendemos hacer un mensaje reivindicativo, queremos hacerle un pequeño homenaje a quien fue tan importante en nuestras vidas: Wolf.

Nació como el patito feo, aunque coincidiréis conmigo que nunca fue feo, nada mas lejos de la realidad, y ese fue su primer regalo. Aunque su verdadera belleza no se puede apreciar en las fotos.
Como he dicho, apareció en nuestras vidas un lluvioso día de noviembre cuando le encontramos abandonado al margen de una carretera con apenas un mes de vida.
Su vida, creo y espero que fue feliz, tuvo una familia que le quería, y todo lo que un perrito pueda necesitar; su comida, su cama (polaca), largos paseos, juegos y carreras por la playa, y lo que el mas apreciaba, nuestra compañía. Pero nada de lo que nosotros le pudimos dar supera lo que el nos dio; cariño, compañía, calor y una profunda mirada con sus ojos color miel que desarmaba a quien la recibía.

No se lo que daríamos por poder recibir de nuevo esa mirada.

Os continuaré contando.